La pasta, el tradicional platillo italiano con muchas leyendas sobre su origen y de la cual existen muchas formas de encontrarla en los supermercados o de hacerla, pero ella es siempre la misma. Ya sea en espagueti, fideo, tallarines, lasaña o hasta codito y moñitos todas están hechas a base de una masa de trigo que puede tener huevo o alguna otro ingrediente para darle sabor y color.
Y es tan fácil de preparar que en veinte minutos podemos tener el platillo listo y es tan versátil que nuestra receta siempre podrá ser diferente.
La pasta debe de hervirse a partir del agua previamente calentada y salada (recordando que si agregamos la sal cuando el agua empieza a hervir, lo hará más rápido) también se debe de tomar el tiempo según las indicaciones del fabricante pero especialmente estar atento para que no se pase de cocido; la textura correcta de la pasta es suave por fuera y firme en su interior, o al dente. Así garantizaremos además del sabor y la textura, un valor nutrimental de mejor calidad.
A la hora de prepararla la variedad es infinita y puede ser tan sencillo como freírla en aceite de oliva que se ha molido con ajo y chile de árbol hasta servirlo con una salsa de queso azul con avellanas. Todo depende de los gustos y también de la ocasión.
Pero hay que recordar que la pasta ya esta cocida por lo que no debemos dejar que se suavice de más. También es recomendable dejarla a medio cocer para terminarla con la salsa y así absorberá el sabor de la salsa a la hora de agregarla.
Por último, para las sopas de pasta en caldillo de jitomate, muy populares en nuestro país. Podrán obtener un mejor resultado al freírlas perfectamente pero sin quemarla, antes de agregar el jitomate y después de eso no dejarla hervir por demasiado tiempo, en especial si es tan delgada, como el fideo.
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