Al hervir la papa en agua caliente les dará una textura difícil de manejar y poco agradable mientras que hacerlo desde agua fría, que es la forma correcta de hacerlo con este producto en particular, ayudara a su consistencia debido principalmente al alto contenido de almidón. Algo muy similar ocurre con el pollo que al hervirlo desde el agua fría libera algunas impurezas y también grasa haciéndolo mucho más saludable.
Por otro lado, la mayoría de las verduras son demasiado delicadas para mantener sus propiedades intactas después de hervirlas desde el agua fría presentando un color verdoso poco apetitoso o tomando una consistencia que es desagradable al paladar. Así que para todas ellas utilizaremos el agua caliente en un método que se llama a la inglesa que consiste prácticamente en verter la verdura en agua hirviendo con sal y dejar cocer hasta el término que queramos darle
Para productos verdes como la calabaza, el brócoli, chicharos o ejotes podremos observar que después de unos segundos empiezan a adquirir un tono verde mucho más intenso que resulta sumamente llamativo para nuestras preparaciones; algunas personas para mantener este color intenso sumergen la verdura en agua helada a la mitad de la cocción y luego lo siguen cocinando en el agua caliente.
Por último queda decir que la pasta también es un producto que queda mucho mejor si se agrega al agua cuando ya está caliente, sus propiedades y su textura mejorarán.
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