Es cierto, en
algunos eventos solo habrá uno o dos platos, tal vez un tenedor además del vaso
o la copa; especialmente en los buffets o las taquizas en eventos menos
formales o durante las comidas y desayunos. Pero cuando el evento es una cena de
etiqueta con varios tiempos, brindis y, cada vez más común, la degustación de
vinos y postres; entonces empieza a nacer, en la mayoría de los anfitriones, la
necesidad de jugar bromas a los invitados tales como colocar tres tenedores
diferentes con sus respectivos cuchillos (si no es que los compañeros a cada
lado los tomaran por un descuido de los legítimos dueños), una cuchara y más
cubiertos por encima de los platos; además de las dos o tres copas y la pila de
loza o hasta con un plato extra y más pequeño a la izquierda ¿o acaso es el de
la derecha él que se debe utilizar?
Al frente y al
centro. Se comienza por perder el miedo a la pila de platos, aunque seguramente
sea un miedo inexistente ya que los meseros son quienes se encargan de servir
la comida, retirarlos, volverlos a colocar y continuar en este malabarismo hasta
dejar solamente el plato base al final de la cena. Un plato de dimensiones
exageradas que solo se utiliza como presentación y para colocar sobre él cada uno
de los tiempos.
En apariencia
resultaría un excedente, un lujo innecesario, pero para el personal de servicio
es la piedra angular. Es la primera pieza que se coloca, la guía del número de
personas que habrá en la mesa y la distancia entre ellos; además de que
facilita colocar los siguientes platos a la hora del servicio y ayuda a
mantener limpio el mantel.
En algunos casos, también habrá un plato pequeño junto a los tenedores, del lado izquierdo. Este plato es para el pan y muy rara vez también viene acompañada de un cuchillo para la mantequilla. Es una situación cada vez más común que ocasiona conflictos ocasionales y sonrisas de disculpa continúas al tomar, por cuestiones de comodidad, el pan de la derecha; excusa perfecta para comenzar una conversación, mientras no sea la última pieza de pan a varias mesas a la redonda.
Los vasos y copas no representan mayor dificultad, especialmente debido a la cultura gastrnómica de México, donde no se acostumbra servir vino y basta con un solo vaso largo, sin extravagancias e igual para casi cualquier tipo de bebida; pero al toparse con más de dos vasos o copas sobre la mesa, deberán pasarse por alto. De nuevo son los meseros quienes colocan las copas o vasos del lado derecho, ya que los invitados toman los vasos generalmente con esta mano y es mucho más fácil servir las bebidas que tengan designadas a cada platillo.
De cualquier forma, en el peor de los casos habrá cuatro copas y de todas ellas bastara con saberlas identificar para evitar tropiezos: la más larga y delgada (copa flauta) es para el brindis; de las demás, la más grande será para agua y las otras dos para vinos, en el caso de encontrarse con una extremadamente pequeña será para vino dulce o digestivo, pero ese caso es prácticamente imposible.
Finalmente, y en cierta forma lo más difícil; toca turno a los cubiertos a los lados del plato, pero al mantener presente que todo sobre la mesa está colocado para facilitarle las cosas al personal o a los invitados, el panorama se aclara. A diferencia de las copas o los platos que están colocados para que el mesero pueda servir los alimentos o retirar las cosas mucho más fácilmente, los cubiertos son exclusivamente de los invitados, por lo tanto en teoría los meseros solo los retirarían cuando están sobre el plato.
Tomando en consideración que la mayoría de los comensales son diestros, las cucharas siempre estarán cerca de la mano derecha al igual que los cuchillos (ya que se cortan los alimentos con esta mano). Dejando los tenedores del lado izquierdo, sin excepciones.
Como regla de oro, todos los cubiertos (tenedor y cuchillo) deben de ir en pares aunque lo que se sirva, sea una ensalada, pescado, filete, pasta, o cualquier tipo de alimento exceptuando líquidos. Esto se justifica porque además de su uso tradicional, el cuchillo también evita que la comida paseé por todo el plato o que se introduzcan los dedos para llevar la comida sobre el tenedor.
A pesar de la dramatización exagerada de las películas, no es necesario saber todos los tipos de cucharas, tenedores y cuchillos que existen, que además de todo son muchos; porque jamás se formara un riel de cubiertos a cada lado del plato ni porque alguna comida llegara a tener diez tiempos, ni porque toda la mesa fuera para un solo comensal. Simplemente, jamás habrá más de tres por cada lado. O incluso menos en el caso de que alguno de los tiempos traiga sus propios cubiertos o dispense de ellos. Así que el orden es simple: de afuera hacia adentro exceptuando el caso antes mencionado. No importa lo que sea, incluso sopas o un helado, si se toman los cubiertos más alejados del plato en primer lugar y los que siguen a partir de estos en cada tiempo, jamás habrá errores como comer pescado con los cubiertos de ensalada o filete con la cuchara del consomé.
Después de los
primeros tiempos, al final de la cena, es probable que sobren una pequeña
cuchara y un tenedor del mismo tamaño o tal vez solo uno de los dos que podrían
parecer un cubierto extra y ahora desperdiciado. Pero son los meseros quienes
los colocan donde antes estaban los cubiertos grandes y con el mismo orden
(tenedor a la izquierda y cuchara a la derecha) antes de que llegue el merecido
postre.
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