Esta manzana, cuando la probé fresca por primera vez, se me hizo demasiado seca, dura y no tan dulce como sus hermanas pero cocida es una historia totalmente diferente. Esta manzana resalta todo su sabor después de cocerla, tiene una textura agradable y carnosa y su sabor mejora al comerla caliente; simplemente es perfecta para eso.
Estas manzanas tienen una apariencia llena de imperfecciones, casi como si hubieran sido las rechazadas por cientos de manos anteriores a las nuestras y estos fueran solo los restos. Pero no se fijen en eso mientras seleccionan sus manzanas, pueden lucir de esta manera tal vez debido a que fueron cultivadas de forma mas orgánica. Lo importante es que estas manzanas son duras, sin golpes y como se puede ver en la imagen tienen manchas entre amarillas y rojas de diferentes tonos. Por último hay que tomar en cuenta que en su mayoría no son más grandes que nuestro puño.
Así que si no quieren hacer todo el largo y tedioso procedimiento de los chiles en nogada para disfrutar de su sabor, aquí encontraran una receta mucho más fácil y perfecta para los días lluviosos.(Siendo un producto de puebla puede llegar a ser difícil encontrarlas en otro lado pero este tampoco llega a ser un gran problema para esta receta. Unas manzanas pequeñas y un poco verdes pueden servir para el mismo fin)
Esta receta, como la mayoría que vale la pena conservar en los recetarios, no puede faltar en los días fríos, lluviosos y al lado de una taza de té o café de olla. (Y lo mejor de todo es que prácticamente se hacen solas).
Asegúrense de que tenga suficiente azúcar ya que el caramelo es lo que les da un sabor increíble, además de que esta delicia debe comerse salida del horno cuando la piel se haya rasgado o tronado.
Muy interesante no hay que juzgar por las apariencias porque nos llevaremos muchas sorpresas
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